7 de septiembre de 2010

UN SUEÑO MEXICANO

Una tarde del año 2010, un empresario pensativo, distinguido y muy selectivo,  llamado Paulino, se encontraba en su oficina pensando cómo podría mejorar su empresa con personal más autorizado y preparado.
Recibió varios curriculums, pero ninguno le satisfacía como él quería, pues estaba buscando un nuevo cambio para su empresa.
Días después, recibió una solicitud de empleo, por parte de un mexicano llamado Ricardo; el jefe, al leer el curriculum notó que Ricardo podría mejorar su empresa, Paulino lo contacto para hacer acuerdos sobre su trabajo que podía tener en su empresa.
El ilusionado mexicano, y su jefe acordaron sobre el trabajo, cuando de repente, el jefe menciono que tendría que trasladarse a los Estados Unidos para poder trabajar, pues requería tiempo completo, por lo cual el contrato se puso en peligro, pues Ricardo pensó en su adorada familia, y por lo tanto, no la pensaba dejar sola. Pero para comprometer, Paulino el jefe, menciono que podrían ir con él.
Ricardo emocionado, le comento a su familia sobre el cambio de residencia que podrían realizar a los Estados Unidos, para lo cuál su familia quedo sorprendida por la nueva noticia, ya que ellos no sabían hablar inglés. Después de una pequeña discusión, acordaron en realizar el cambio de residencia. Pasó una semana, cuando Ricardo realizó un viaje a Estados Unidos, para así buscar un buen departamento en donde vivir con su familia.
Todo iba bien, hasta que se encontró con el problema de que no encontraba departamento, y pensó en una solución, pero al verse desesperado decidió cancelar el contrato y regresarse para México. Pero para su suerte, un señor alto, con bigote, y aspecto amable, se acerco a él y con un tono de norteño, le dijo:
-Amigo, usted se ve que es mi paisano… ¿es de México?-
- Si señor- contesto con desanime Ricardo.                    
-¿Y porque esa cara larga, como de insecto fumigao?-
-Lo que pasa es que quería trabajar aquí, pero no encuentro un buen departamento para que vivamos yo y mi familia.-
-¿Y por eso se preocupa? Amigo no sea tonto, aquí hay mucha tela de onde cortar, pero pos hay que buscarle ¿no?... venga conmigo le mostrare  algunas casas de por aquí cerca-
Fue entonces, cuando el Mexicano norteño, le enseño varias casas y departamentos a Ricardo, el cual alzó el ánimo y al  final, quedo viviendo junto del norteño, y se volvieron grandes amigos y buenos vecinos, y después de trasladarse con su apreciada familia, se convirtió en un buen trabajador y hasta se volvió socio de Paulino, el cual no se arrepintió nunca de haberlo contratado.